17/5/07

The Twilice.

Cómo explicarlo… La obsesión por un color es un Twilice. Toda esta semana he estado ofuscado buscando que dentro de mi campo visual se halle siempre algo de color naranjo-vincapervinca.
Un Twilice es también el gusto que se te proyecte una imagen en alguna parte del cuerpo. Por ejemplo, hoy en clases de B. (prefiero no decir más Biología. Desde ahora será B.) se proyectaba en mi muñeca el nacista logo de Windows. ¡Eso es un Twilice!
Es un Twilice también, leer “El Rey Lear” de Shakespeare mientras todos hacen una prueba de Matemática en el preu, tras yo haberla terminado (y haber obtenido 850 puntos).
Un gran Twilice es el de visualizar una chistosa guerra civil solapada de liceo. Sin comentarios, pero es un buen Twilice.
Otro Twilice es cuando te preguntan con qué música andas en el MP3, decir Daft Punk, y que te pregunten si son chilenos (me ha pasado).
Un Twilice casi imposible: Sacarse un seis (legal) con Cataldo.
Un Twilice negativo es comentar Snatch, y al ver que nadie contracomenta, deducir que no la han visto.
En fin, Twilice no se define, sólo se sabe cuando hay un Twilice.

Post Scriptum: Escribir esto, de hecho fue un Twilice.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

si se puede sacar un seis legal con cataldo .... entonces ponerlo como un twilice es rebajar el termino...

Anónimo dijo...

ese twilice es una intuición espectral... un estado de aceptación de la caída cual émulo de Icaro... la expresión racionalizada de una demencia que no aspira a ser demencial sensu stricto... haciendo honor a la verdad, una dulce comodidad que con su beso cierra los ojos del testigo a la contraevidencia.