20/5/07

La Rueda de la Fortuna.


¡Rueda y gira! ¡Rueda y gira!
La Ruleta está rodando y girando… mientras la contemplo y espero que se detenga en la figurita en la que puse todas mis esperanzas.
Digo que no me importa si gano o no, pero en el fondo sería capaz de cualquier inmoralidad con el fin de obtener que Fortuna me guiñe un ojo.
El tiempo de giro es eterno. Cuando pareciera que va a detenerse, toma aún más fuerzas y adquiere una rapidez cósmica.
Los colores pasan por la flecha (--->): Rojo, blanco, verde, azul, amarillo, naranjo ¡Naranjo!
¿Por qué no se detiene esta tortura? Mientras no se detenga tendré la esperanza.

La esperanza es el peor de los males, pues alarga la tortura de los hombres.

¿Por qué no termina? Me da igual si gano o pierdo… muchas ruletas van a girar en mi vida… ¡Pero que termine ya!

Las cosas que terminan dan paz y las cosas que no cambian comienzan a concluirse, están siempre concluyéndose…

No lo demuestro, pero hago todo lo que pueda hacer solapadamente para que el naranjo salga flechado. No estoy nervioso ni dubitativo, estoy ansioso. Sé que de todos modos voy a ganar, pero quiero ganar de verdad. Pocas veces no ha salido el Naranjo, pero no me importa eso ¡Quiero que esta vez salga!
Este premio es más que un celuloide, es más que un micrófono, es más que esa moneda de falso oro, es más que ese vinilo de cantantes olvidados, es más que ese gordo libro… es un dibujo. No, no un dibujo. Es ese dibujo, en el que pienso a cada instante en que puedo pensar desde aquella maravillosa/funesta clase de artes que tomé por casualidad acompañando a un amigo.
No sé si estoy enamorado de ese dibujo, o simplemente estoy obsesionado.
Hace poco me pasó con otro dibujo… descubrí que tenía dueño, y después de lamentarme, me desenamoré rápidamente, me volví amigo de su dueño y ahora lo veo todos lo sábados de la mejor manera y sin ninguna intención de trasfondo por poseerlo.
Creo que esto puede funcionar igual… sin embrago, aún no sé si ese dibujo tiene dueño. Si lo supiera podría ilusionarme con obtenerlo y poder así obsesionarme con él.
Mientras tanto estoy obsesionado con la pura interrogante de si es que tiene o no dueño.
Si tiene dueño, me desenamoraré rápidamente de él. Si no tiene dueño, I will fall in love. Parece simple, pero es lo más tortuoso que puede existir si de por medio existe esa perenne espera.
La ruleta ya está dejando de girar, y por fin sabré si ese dibujo me corresponde o no, si me puedo imaginar contemplándolo tardes enteras o si tendré que olvidarlo obligatoriamente…
En estos últimos instantes antes de saber si mi vida seguirá igual, decido no esperar nada. Decido por la Libertad.

Para alcanzar la Libertad, es necesario abandonar la Esperanza.

Naranjo-Vincapervinca: El color de la Libertad.

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