30/12/07

Papel Recogido de la Calle.

Efectivamente, este es un papel recogido de la calle.

Los Libros y Usted.

Las personas que compran libros por metro deberían leer por lo menos un centímetro por día.
Lo peor que puede ocurrir con un libro es que permanezca virgen toda su vida. El libro fue hecho para ser utilizado, amado, devorado.


Los buenos libros fueron hechos para ayudarlo a usted a pensar. Todas las grandes conquistas del hombre tuvieron como base muchas lecturas.

Usted también puede realizar sus conquistas.

Cada vez que usted lee un buen libro, algo cambia dentro de usted.

Usted se vuelve un poco más inteligente, está mejor informado y tiene mayor conciencia para mejorar su propia vida y la de los demás.

Basta un centímetro de lectura por día para que usted perciba las cosas mucho más adelante. Para que usted pueda ir mucho más lejos.

Lea los buenos libros. Los libros que abren los ojos, no los que los adormecen.
Lea y haga propaganda entre sus amigos. Con cada nuevo lector de buenos libros va surgiendo un país nuevo.


Retire los libros de la biblioteca y póngalos en lugar seguro. Delante de sus ojos. Dentro de su cabeza.

Lea más, enriquezca su cabeza.

18/12/07

Fotografías del Recuerdo.


Flash: El sonido que captura parte del presente, para que en el futuro, cuando el presente sea pasado, podamos reconstruirlo.
El inconformismo humano lleva a que el presente se vea arrolladoramente sobrepasado por el pasado, que muchas veces es idealizado, pues ante nuestra incapacidad para mantener eternamente resplandeciente el recuerdo del pasado, tendemos a rellenar el pasado. Es como si el tiempo nos robara algunas fotografías del pasado, las que nos vemos obligados a sustituir por otras de menor fidelidad.
Recordamos para evadir el presente, para olvidarnos del futuro. Desde el presente acudimos a las fotografías del pasado con la finalidad de hacer que el tiempo transcurra más amenamente hasta que llegue un nuevo momento digno de ser fotografiado para la posteridad. Sin embargo, existen momentos en los que el “estar recordando” se convierte en un momento digno de ser retratado, y en ese caso particular nuestro recuerdo llevaría la etiqueta de “recordar que recordaba”. Lo cual se da también en el ámbito de la Historia (como ciencia misma de la memoria social), al hacer Historia de la Historia.
Como dije antes, los recuerdos que poseemos no son la totalidad de los recuerdos que configuran la situación exacta, pero existen los mecanismos para, de cierta forma, “deducir” posibles recuerdos, según sucesiones de causa y efecto. El error de lo anterior puede llevar a la creación de falsos recuerdos que, con la fuerza apropiada, pueden llegar a convertirse en realidades.
Los recuerdos son manipulables, sobre todo desde una esfera de poder como, por ejemplo, lo es el Estado. El Estado tiene la fuerza necesaria como para inducir recuerdos a la población que gobierna, con una meta favorablemente política. Histórico ejemplo de lo anterior lo constituye la creación de la historia política por parte del gobierno de Stalin, en la que hace desaparecer de la memoria colectiva a la figura de Trotsky.
En un trabajo documental acerca de la conmemoración de la creación del Ejército Rojo durante el gobierno de Stalin, llamó la atención que en ningún momento se haya nombrado siquiera la palabra “Trotsky”, siendo que fue él quien organizó la creación de dicho organismo militar. Pero la ausencia de Trotsky en la historia impuesta por Stalin no es casual, sino todo lo contrario, un agudo trabajo de inteligencia.
Así, desde este mismo fenómeno, el de la inducción de recuerdos hacia la población, se da otro fenómeno que es el del contraste de recuerdos. Cuando un individuo de la población se resiste a la asimilación de un recuerdo impuesto por el Estado, va a presentar diferencias entre sus recuerdos y los que el Estado impone (siguiendo con el ejemplo del Estado).En la diferencia de recuerdos se puede dar que una de las dos partes posea la versión más cercana a los hechos, como también se puede dar que ninguno posea una versión cercana a los hechos. Y es en esos casos donde pesa la credibilidad de cada una de las partes, ya sea una credibilidad basada en una argumentación lógica y racional, o bien una argumentación basada simplemente en el poder.
Volviendo al tópico de los recuerdos particulares (en contraposición a los recuerdos colectivos), es posible distinguir la capacidad de rellenar ciertos recuerdos incompletos, efecto que también se da cuando recordamos el futuro. Desde el presente, tomando los hechos y circunstancias actuales y pasadas, podemos especular acerca del advenimiento del futuro cercano y obtener desde ese pequeño e inexacto viaje al futuro ciertas fotografías que pasarán a constituir parte de nuestros recuerdos del futuro.

Todos los fenómenos relativos a la memoria y a los recuerdos llevan mucho del sujeto que recuerda, por lo tanto es un fenómeno fuertemente subjetivo, que necesita principalmente de un ingrediente para su funcionamiento: Imaginación. Ya lo decía Nietzsche al referirse a los historiadores: “El historiador no tiene que ocuparse de los acontecimientos tal y como han ocurrido en la realidad, sino simplemente tal y como él los supone ocurridos. Todos los historiadores cuentan cosas que jamás han sucedido, a no ser en su Imaginación”. Y es la labor de todos, también, en nuestro rol de historiadores de, al menos, nuestra historia personal contar los hechos como queramos que los demás lo perciban, pues sinceramente nadie es tan honesto como para contar una historia que le desfavorezca abiertamente.

15/12/07

El Muro de los Recuerdos.


Sentado frente al muro. Observando los detalles de construcción, pero pensando en otra cosa mucho menos fría que un muro. Intentando escuchar lo que el muro pretende decir a través de la activación casi eléctrica de recuerdos que resplandecen con el simple click de una imagen. De uno en dos y de dos en tres, los recuerdos llegan y se van, vienen y se quitan, suenan y se opacan, casi digitalmente. Vienen colores, se van sonidos, aparecen caricias, vuelven sabores y también olores. Chic chic chic llegan las imágenes una tras otra, inducidas por otras imágenes. Lo mismo pasa con los colores, los sabores, las caricias, los sonidos y los olores plim plam plus click chac pass. Pasaban y pasaban, una tras otra las sensaciones que guarda el cuerpo en su memoria hasta que GUAUUUU desde el fondo. AÚUUU desde más allá del muro. Intentaba concentrarme para ver qué aullaba de esa forma tras el muro, pero mientras más lo intentaba, menos me era posible averiguarlo. Me había volatilizado al pasado, pero ese aullido me hizo volver. Y en buen momento, porque una pequeña trampa mental basta para sumir a cualquiera en una vorágine de porqués. GUAUUUU de nuevo y definitivamente ya estaba sentado en el presente: se me había acabado la gasolina de la máquina del tiempo. Mi problema actual era averiguar qué aullaba tan estrepitosamente. Me paro y salgo a la calle, siguiendo el AÚUUU y GUAUUU AAAAAH. El aullido cada vez es menos agudo y cada vez más agónico. Lo más lógico para esa fuente de sonido debía ser un can. Y en efecto, era un perro, famoso en las localidades cercanas por lo demás. Un círculo curioso lo rodeaba murmurando mucho del pobrecito-perro, de los desgraciados que lo atropellaron, del cuidado que deben tener los niños al jugar en la calle, de la irresponsabilidad de los conductores y derivando así en problemas sociales cada vez más generales. Mucho murmullo, pero poca acción. Después de enterarme de lo sucedido al perrito (sólo a través de los comentarios del círculo curioso) me quedé, morboso, contemplando esa miserable escena que, según mi parecer era sólo apta para mayores de 18, pero que sin embargo la mayor cantidad de espectadores era conformada por impúberes. Creo que los niños no debieran ver eso, menos cuando el perro deja de respirar y empieza a echar saliva por el hocico mientras sus vidriosos ojos miran a un horizonte que jamás volverá a buscar y los nervios se le comienzan a recoger. Eso fue lo más sórdido de todo esto: El perro echado a un lado de la calle. Los niños rodeándolo con sus caritas llenas de esperanza, que luego sería inútil. El perro comienza a dar sus últimos estertores, sin embargo la inocua imaginación de los pequeños los convierten en posibles “segundos aires” que lo harán resurgir de las profundices. Los niños, animosos ante cualquier movimiento de muerte parecido a un movimiento vital, lograban auto-engañarse de mejor manera de la que yo puede hacerlo. Cuando el perro no quiso resistir más de esta vida cruel y comenzó a enrollar sus nervios musculares, los niños, al contrario de cómo debía haber sido, se alegraron al tener la falsa, pero esperanzadora imagen de que ello era un signo de vitalidad. Míralo se está levantando, gritaban algunos de felicidad, mientras caminando me iba de vuelta a mi muro para evitar ver la escena cruda del descubrimiento de la verdad para los niños, pero también me iba al muro a buscar algún recuerdo que me ayudara a impedir que los ojos vidriosos de ese perro y las caritas de esperanza de los niños entraran en mi memoria, evitando que esos lastimeros GUAUUUU retornaran en un momento inesperado de recuerdos frente al muro. Al final, cada uno pinta su muro del color que quiera.

9/12/07

El Cheloveco: Año 1.


Hace un año me inicié con un blog. Comencé con un texto de bienvenida que se convirtió en un verdadero manifiesto respecto de los textos que lo sucederían. Explicaba, con ese tono narcisista que adquieren algunos jóvenes que no quieren serlo, el nombre de todo esto: El Cheloveco.
Hoy, a un año de ese primer texto, vuelvo a explicar el porqué del Cheloveco.
Cheloveco, ya lo dije antes, viene proviene de la novela de Burgess (que en 1971 Kubrick llevara al cine) La Naranja Mecánica. Cheloveco significa Individuo. Y aquí toma un espectro más amplio. Abarca la subjetividad, aquello connotativo para cada uno, en definitiva la interpretación personal y particular que no puede ser sustituida por una interpretación “más correcta”.
Todas las interpretaciones están en lo correcto, lo que las diferencia es el tamaño de cada una de ellas. Hay interpretaciones que pueden explicar una mayor cantidad de cosas y por eso pueden ser más valiosas. Empero, cada cual puede (y debe) interpretar todo como considere que es correcto hacerlo. Tener un espíritu librepensador es mucho más valioso que saber de memoria las fórmulas para pensar que otros hicieron.
Hegel decía que “lo que se ve en la superficie es lo más profundo”. Eso es precisamente lo contrario a lo que sucede: Hay que dudar, y hay que dudar de todo, precisamente porque lo de la superficie no es lo más profundo, ni lo más profundo está en la superficie.
Tanto las personas como los textos, tienen secretos. Secretos que no quieren revelar, por lo que los esconden. La misión del lector es descubrir los velos de esos secretos para entender la mecánica de las cosas un poco mejor. Y hablo de lector, no sólo para los libros, sino también para las personas, pues estas también son libros. Las personas también pueden ser leídas, y según mi experiencia, las personas son los libros más entretenidos que he encontrado en la biblioteca de la vida. No es necesario tener un libro al frente para poder leer, podemos leerlo todo.
Las cosas pueden expresar una cosa, pero siempre están diciendo otra. Yo, por ejemplo, escribo lo que quiero decir, pero utilizo otras palabras.

30/11/07

100.


Prolegómeno al Centésimo Texto.

Quizás jamás pensé en llegar a tener cien textos o a cumplir un año escribiendo. Quizás no lo pensé. Sin embargo, la quimérica vida que debe llevar alguien en las circunstancias socio-sistémicas que me llevan, obliga a tener un tubo de escape que sepa canalizar las ideas incomprensibles para algunos (y no tan incomprensibles para otros).
La función de este canalizador de sentimientos e ideas, ha variado en relación al tiempo, con distintas metas y objetivos según la longitud que posea el tiempo. Pasando de lo explícito y claro, a lo implícito y obscuro, he logrado intencionar y malintencionar textos que, si estuvieran sin máscara, sería como darme un verdadero disparo en la espalda para que parezca suicidio.
Las ideas que canalizo por este medio en un momento eran explícitamente academicistas y precisas, o al menos eso pretendía. Tras ese switch que hizo cambiar o dinamizar mis letras, las ideas se mostraban más superfluas, menos profundas, más descriptivas, menos precisas, más juveniles, pero sobre todo menos explícitas y más implícitas. Las letras se mostraron con códigos y mensajes solapados. Mensajes ocultos tras el velo de un texto absurdo.
Escribo lo que quiero decir, pero utilizando otras palabras.
Por eso, y para fortalecer aquella idea, decidí no escribir algo nuevo para el centésimo texto, sino renovar o reeditar el texto más representativo de lo quiero representar. Un texto que logra contar (y cantar) nítidamente un sentimiento y una escena, al mismo tiempo que esconde una gran lista de sentimientos e ideas que, a pesar de estar presentes, no aparecen. No aparecen a simple vista, pero que sí están, y en alta definición.
El centésimo texto, una reedición de “El Teatro de Comienzos de Milenio”, el texto que dice todo y nada, el texto que muestra escondiendo, el texto que dice callando, y que ahora recibe un nuevo enfoque para, desde el mismo lugar, dictar ideas y sentimientos distintos, o al menos cantarle a algo distinto. Lo esencial pretende ser invisible a los ojos y simultáneamente pretende mostrarse totalmente desnudo.

El Teatro de Comienzos de Milenio (Segunda Edición).

La musa no cantaba. Está invadida de pajaritos que, aunque no son carnívoros, estorban ante mis necesidades de bajofondo poético. Cuando al fin logré espantar esos obstáculos de nuestro cerco tácito de complicidad, pude también retratar el instante preciso de la inspiración exacta.

Apagamos los sentidos, nos desarmamos, nos pusimos la máscara y dimos comienzo a la función.

Miré la fachada del estro femenino, mientras ella, creando desde su mente realidades ficticias y ficciones reales, que acomodaban nuestras sugestiones implícitas, no cedíamos un nanómetro frente al público expectante. Tirando y aflojando esas sensaciones nulas, que sin ser dolientes, son explícitamente solapadas, con la finalidad de ocultar todas esas expresiones que piden a gritos salir de sus jaulas de cristal sacrílego.

Las direcciones de las miradas son radicalmente opuestas, sin embargo se buscan, no se encuentran, pero se buscan. Esquivos, hablamos de lo que sea, pero hablamos de eso hasta que los engranajes de la comunicación se vean sobreexplotados. Cuando la comunicación fallece, desesperados, inventamos cualquier excusa para seguir ahí, con sincronías corporales únicas, hablando de todo y mirando a la nada. En último término, gritamos, para evitar desesperadamente el fin de la escena.

¿Por qué lo hacemos? No tiene explicación. ¿Qué queremos? No está claro aún. Lo que sí, lo queremos, y lo queremos de tal forma, que arriesgamos todo lo que hemos formado, por la sola esperanza de seguir incrementando el volumen de esta obra.

La reciprocidad no es total cuando es sólo uno el que se oculta y sólo uno el que provoca. Frío como una roca fría, me quedo con la esperanza. Todas mis hipótesis acerca de tu cabello se vieron descartadas tras aquella transcripción de fenómenos, imposibles para ambos, deleitantes para ambos, incomunicables para ambos.

El obligatorio amor a la soledad de comienzos de milenio nos llama, no queremos oírle. Intentamos poniéndonos cerilla en las orejas, pero nada funciona cuando de cobardía se trata. Fuimos cobardes.

Con temor me despido.
Con hipocresía te presentas incólume.
Con valentía te acompaño a la escalera.
Con tristeza pisas los peldaños.
Con empatía alzo la voz. Te pregunto.
Con falsedad me dices que no.
Con seguridad me voy.
Con seguridad te vas.

Fin de la función: Todos ganamos, aparentamos haber perdido, pero sabemos que en realidad ganamos. Ése es nuestro gran y único secreto.

29/11/07

Operari Sequitur Esse.


Una tribu insular, perdida en el tiempo y en el espacio, reducida en cuanto a cantidad y calidad de sus integrantes, solía tener la creencia en un Ser Supremo, el cual sostenía el equilibrio universal. Todo se mantenía estable, en tanto el Ser Supremo así lo quisiese. Para que el Ser lo quisiese debían hacerle sacrificios.
Lo particular de esta tribu era quiénes eran inmolados. No eran los integrantes de las familias más débiles, ni los esclavos de guerra, ni los extranjeros, ni las mujeres, ni los débiles, ni los ancianos. No. Los ofrendados eran los más jóvenes, fuertes y vigorosos; los más sabios, trabajadores, perspicaces, leales e indispensables; los más poderosos, importantes y carismáticos. El ser objeto de sacrificio era visto como un regalo de la comunidad y un premio peleado por sus postulantes.
Tal vez la exaltación del sacrificio fue una creación de la misma comunidad, pero la deidad o Ser Supremo a la cual le sacrificaban a los más destacados de la comunidad, existía y vivía dentro del volcán de la isla. El volcán eruptaba cuando la deidad-monstruo tenía hambre. Era inmensamente grande y su placer máximo era devorar el sacrificio mensual que hacían los habitantes de su isla. Gozaba comiendo hombres, y por otra parte, los hombres disfrutaban siendo comidos.
La misma relación se daba en todas las islas cercanas (todas las islas a la redonda contaban con un volcán y un monstruo-dios que se alimentaba de los felices sacrificados).
Por generalización hubiera dicho que en todas las islas se daba la relación, sin embargo en una no se daba. Las condiciones eran las mismas: Una isla, un volcán, una comunidad tribal, un dios-monstruo y la tendencia voluntaria de la comunidad ante el sacrificio. Lo único que variaba respecto de las demás islas era el desagrado del Ser Supremo de comerse los sacrificios que le eran ofrecidos. Es más, no se los comía sino que se los regalaba a los monstruos de las otras islas.
Se daban todas las condiciones, pero no ocurría lo mismo. El monstruo de esta isla tenía la particularidad que desde antes había sido acostumbrado a comer sólo las plantas y árboles de la isla, ante la no existencia aún de los humanos. Fue la isla en la cual el poblamiento humano fue más tardío, por lo cual el monstruo, para sobrevivir, tuvo que recurrir a la alimentación herbívora, en contraposición a los demás monstruos carnívoros.
A pesar de que no le agradaba comerse a los humanos, no lo hacía porque no le satisficiera su sabor o su textura (de hecho nunca había probado uno), sino que no los comía por una incomprensible especie de lealtad ante las hierbas, que era superior a su curiosidad por los humanos. Siempre quiso comer humanos, pero se lo impedía esa restricción incomprensible que emanaba de la vegetación.
Lo malo ocurrió un día en que el monstruo herbívoro se vio desnutrido y en serios problemas de muerte, todo con una clara culpabilidad de la vida alimenticia que llevaba. Por esto un día se atrevió y probó el sacrificio mensual de humanos. Le encantó y le hizo bien. Se recuperó y evitó el engaño hacia su veneradora comunidad. Todo se le hizo más fácil al monstruo-deidad. Se volvió más ágil y adquirió una rapidez mental que antes no poseía siendo herbívoro. En fin, optó por lo sano, lo que los demás Seres Supremos como él hacían, y lo que de hecho él debió siempre haber hecho: Comer humanos, como todos los demás.
Su gusto por las hierbas era totalmente incomprensible, lo lógico era comer humanos, lo hizo y fue la mejor opción.

21/11/07

Calor en Sánscrito.


Iba caminando al sol, sin mirar al suelo, y su día fue completamente normal.
Iba caminando al sol, mirando al suelo, vio un papel, no le dio importancia alguna, y su día fue completamente normal.
Iba caminándola sol, mirando al suelo, vio el papel, le llamó la atención y lo recogió, lo observó, vio unas letras raras, lo volvió a dejar en el suelo, y su día fue completamente normal.
Iba caminando al sol, mirando al suelo, vio el papel, le llamó la atención, lo recogió, lo observó, vio unas letras raras, letras que le parecieron similares a un montón de ropa tendida y, a diferencia de los tres casi-protagonistas anteriores, guardó el papel en su bolsillo. Se llamaba Claonís. Le preguntó a su profesor en qué idioma estaba escrito el roñoso papelito. Sánscrito ¿Cómo podría saber qué dice un papel escrito en sánscrito? No se preocupó de eso y lo usó como marcador de libros.
Una tarde de calor imposible, de fuegos extremos. Las calles estaban vacías: La gente se había derretido en plena vía pública. Podían encontrarse los huesos encarbonecidos de las víctimas. El hedor a carne quemada era insoportable. Las vísceras, que solían ser de personas, eran peleadas por los canes famélicos que arriesgaban su vida al sol por salvarla del hambre.
Los árboles en llamas. Las piletas evaporadas. Monumentos históricos de acero, estaban al rojo vivo y eran moldeables a voluntad de cualquiera. Incluso, algunos niños, que no podían refugiarse en su casa, porque no tenían, jugaban a moldear con una varilla a los próceres de la patria. Los militares ilustres que empuñaban su espada al horizonte eran las principales víctimas, pues los niños cortaban sin problemas la espada y se la incrustaban al militar en la entrepierna, para darles un miembro más viril y así demostrar a la historia la gallardía que nunca sabremos si tuvieron o no. Las calles estaban dilatadas. Los cables telefónicos tocaban el suelo con su languidez.
El ambiente estaba tan denso al interior de las casas, que las personas no podían ni discutir ni evitar hablarse. Los enamorados no podían amarse. Los alegres no podían deprimirse y los deprimidos no podían alegrarse. Los sedientos no podían saciar su sed, ya que no había agua… bueno casi no había, porque de haber había, pero era para las personas de la parte alta de la ciudad y no para la gente de las clases bajas.
Los termómetros no tenían dentro de sus cálculos el calor existente. El Estado ordenó que las personas no salieran de sus casas, lo que era favorable en demasía, pues el calor pasó a ser la excusa para evitar las manifestaciones de ese día en la Capital.
Hacía tanto calor que era imposible leer algo, en primer término porque la tinta del libro se disolvía con el sudor que salía como cascada de las manos, y en segundo término porque las ideas se deshacían en el trayecto ojos-cerebro. Más conflictivo era aún leer a Hegel. Claonís tenía que leer a Hegel, mas en su casa no podía. Tenía que ir a la biblioteca, por lo menos allí había aire acondicionado. Estaba a la mitad del dilema: O leer o morir ¿Valía la pena arriesgar su vida por leer algo? Sí, lo valía, no sabía por qué, pero lo valía. Tomó un balde con agua, lo apoyó en su cabeza y se fue corriendo a la biblioteca más cercana, que se encontraba a unas setenta casas. Las primeras dos casa corrió, luego sólo pudo caminar las siguientes tres casas, para luego tener que gatear las siguientes sesenta y cinco casas. Se demoró seis horas y cuarto en llegar a la biblioteca, casi muerto por deshidratación, con el balde derretido y con su cuerpo lleno de ampollas debidas al roce con el pavimento infernal. No pudo darle de su agua a un vagabundo que se la pedía a la entrada de la biblioteca, porque si se la daba se moría. A sorpresa suya, la biblioteca estaba abierta. No había nadie, sólo estaba abierta. Se dirigió a la pequeña habitación acondicionada, y era como el paraíso congelado. La habitación acondicionada era un infierno, de hecho el aire acondicionado estaba apagado, pero la sugestión que produce ver ese aparato blanco en el techo bastaba para convertir aquello en el paraíso. Se fue a la única mesa y abrió su libro. Frente a él había alguien más, pero lo ignoró, ignoro que fue recíproco en efecto.
Mientras leía, pasó una imposible ráfaga de viento que logró volar su marcador de libros improvisado. El marcador llegó a la persona que leía al frente. Hacía tanto calor que no le importó nada lo que sucediera con su marcador en sánscrito. Era una chica la de enfrente.
De pronto la lectura de Claonís se vio interrumpida por un papel que le llegó en pleno libro. Era un papel con escritura en sánscrito, pero no era su marcador de libros, este papel tenía otros signos y era de menor extensión. Miró al frente suyo y la chica lo estaba mirando, al menos eso suponía según lo que podía visualizar con el denso ambiente en la sala. En la sala estaban sólo ellos dos… y más que en la sala, en la biblioteca e incluso setenta casas a la redonda no había alguien con vida (el vagabundo de la entrada ya había caído como víctima del calor). Ella buscaba una mirada de complicidad mientras sostenía el marcador de Claonís en su mojada mano derecha. Claonís tenía una mirada de duda impresionante, que sumada al calor lo hacían parecer un signo de interrogación tamaño real. Sus ojos hubiesen hecho conexión, pero el calor lo impidió.
Tras conversar unas horas, lograron saber algo más de sus vidas: Ella sabía sánscrito y se llamaba Arnouveau. Había leído lo que decía el marcador y por eso envió una respuesta, pensando que Claonís era el autor de tal propuesta.
Arnouveau no puedo explicarle lo que decía el papel a Claonís, porque el calor no permitía las conexiones neuronales necesarias para hacerlo, pero le dejó un mensaje en sánscrito que Claonís no pudo más que recibirlo sin poder decir nada gracias al ascendente calor: Ahora tenía dos mensajes que no entendía y no quería revelarle a Arnouveau que no sabía sánscrito.
Claonís, caminando bajo el sol quemante de regreso a su casa, logró hilar la duda de qué dirán los papeles en sánscrito que tiene. Sin embargo, todo se quedó en la simple duda que alguna vez tuvo mientras caminaba bajo el sol, pues su vida siguió el rumbo normal que debía seguir y no el camino de desvío que le habían preparado esos dos mensajes en sánscrito. No quiso leer lo que tenía ante sus ojos, y todo siguió igual.

20/11/07

Depende de la Intención con la que Leas.







Cada uno ve aquello, y sólo aquello, que quiere ver. Sin embargo, a veces vemos lo que no queremos muchas veces ver, y que de hecho allí está. Nadie usa la lente que no quiere usar.
Literatura. Cualquiera puede pasar sus ojos por encima de las letras de un texto. Pocos pueden leer un texto. Muchos pueden leer lo que escribo, pero pocos pueden llegar a interpretar de manera más correcta lo que leen, porque pocos saben porqué escribo y a qué escribo y de qué escribo, e incluso a quién escribo, en cada texto. La mayoría de las veces le escribo al sistemático viento… la mayoría de las veces, pero no todas.
Siempre me lo han dicho, y por eso siempre lo digo: “La poesía es el lenguaje de los cobardes”. La mayoría de las veces escribo poesía, a pesar de estar escribiendo en prosa ¿Se es cobarde por expresarse de manera más íntima? ¿Se es cobarde por temer a corresponder demasiado? Puede ser. Sin embargo, uno parece estar escribiendo como cobarde, pero no es así: Uno dirige sus mensajes. Selecciona elitistamente a su lector. Utiliza un lenguaje incomprensible para el mundo, inentendible para la gente, pero inteligible totalmente para el receptor deseado. Lo receptores ajenos pueden interpretar lo que quieran (como cual vieja copuchenta), porque ellos no tienen la menor incidencia dentro del universo emisor-receptor. Es un discurso privado, donde el universo de ambos es intocable.
Algunas ideas son incomprensible, y otras no tanto. Porque la rueda siempre giró, desde que empezó a girar, a pesar de creer que por un momento dejó de girar, siempre estuvo girando, lo que después quedó demostrado. De ruedas que tienen título, de títulos que obtienen comillas, de comillas que se hacen para el público. Qué bueno que las masas son inconscientes, que la gente es superficial. Lo que sí, hay que tener cuidado con las cosas, porque las personas son cosas. Al siguiente nivel. Lo que implica cambiar de estro… y eso es un buen indicio, para todos.
Bueno, cada cual lee lo que quiere leer. A veces lee menos, a veces lee más. A veces se actúa menos, otras veces se actúa más. Algunas veces damos más, otras veces menos, confiando o temiendo a recibir más o menos. Sin embargo, hay que estar dispuesto, siempre, a aprender.
De hecho, ser rudo o sexy no importa cuando logras descubrir cosas o pasas a convertirte en un pilar sostenedor fundamental del cielo constituido. La confianza hace girar la rueda, sobre todo cuando la confianza es tal que logra soportar ese estratosférico cielo. Cuando te conviertes en un pilar, todo es recíproco, pero hasta el momento va poco del nuevo nivel.
Al menos el doble sentido interno funciona sin que los demás se den cuenta, y eso da otro nivel de confianza que se puede aprovechar cuando no se está a la vista paciente de los demás.
Algunas ideas son incomprensibles, y otras no tanto. Cada cual lee lo que quiere leer. Lee lo que quieras leer, porque esa interpretación va a ser, aunque no lo creas la más correcta de todo el universo.

18/11/07

"Atomic".



Para partir la partida hay que partir, primero, la parte que parte desde la primera parte hasta la parte que parte las otras dos partes. Lo explico, pero parte a parte.
Si quieres vas, tomas un vaso y te sientas. Corres. Mientras corres, no paras de pensar, pensar por lo menos en que estás pensando que piensas, y piensas, y piensas, y piensas… cosas que al final ni pensaste que sucederían, ni que podrían suceder tomando en cuenta los antecedentes de dicha causa, porque cuando se procede, se hace con conocimiento de causa de lo contrario lo inpensado puede suceder.
Si logras pensar en que piensas algo que valga la pena, para de correr, detente. Cuando pares de correr, no te detengas, sino que camina. Caminando ya todo es más fácil, porque no necesitas pensar tanto como antes: Necesitas actuar. Actuando, o haciendo actos, puedes obtener más concretizaciones de sueños cósmicos o atómicos.
Un sueño cósmico es el que nos permite volar más allá de nuestros sueños, porque sabemos que nuestros sueños son chicos en comparación con lo que podemos llegar a soñar: Tenemos miedo a soñar cosas grandes.
Un sueño atómico es el que nos da la posibilidad de cumplimiento a corto plazo, sin embargo es un sueño de menor envergadura que el sueño cósmico. Relación tamaño/tiempo es la de los sueños.
Volviendo a que los sueños se realizan sólo haciendo cosas, no podemos dejar de lado la importancia de tener a mano una mano que, en el mano a mano, te preste una mano. Me explico. Los sueños pueden ser colectivos.
Hablar de los sueños, a veces me da sueño, aunque es un sueño no tener sueño, para así tener tiempo de tener sueños. Son, más que sueños, ideas. Ideas en cuanto ideales. Ideales en cuanto idealizaciones. Idealizaciones en cuanto imposibles en el aquí-ahora-en-estas-circunstancias. Nada es posible ahora. Porque ahora no estás haciendo nada, más que leer. Pensar quizás. Haces cosas, para lograr cosas y tener cosas. Cuando tienes las cosas adquieres más cosas para poder guardar las otras cosas que, entre cosa y cosa, cosas traen. Me explico. Lo imposible es lo que no se intentó.
Como idea, al final, es buena idea lo que piensas mientras corres, porque es tan imposible como cósmico y tan posible como atómico.

17/11/07

#11 The Pixies – Where is my mind?: Mente loca.


A estas alturas del partido sólo hago. Ya ni pienso, sólo hago. Soy un títere, un títere de mi entorno. Estoy en las ondas Alfa que me impiden realizar cuestionamientos antes las órdenes que me dan: Sólo cumplo. Cumplo bien, pero contra mi voluntad, voluntad que no puedo expresar, no porque no quiera, sino porque no puedo.
A veces me veo en un lugar. No sé cómo llegué allí, y poco me interesa saberlo. Vuelve a pasarme eso de la vida que no sé cómo explicar, pero que me pasa: Me hallo en una situación que si hubiera sido profetizada veinte minutos antes no la hubiese creído, ni aunque me mostraran fotos.

Where is my mind?

Es como que me armo, me desarmo, me rearmo y me vuelvo a desarmar. Me convierto en un cuadro cubista o en un cubo Rúbik de carne, que en vez de colores tiene sentimientos. Me desarmo.

With your feet in the air and your head on the groundTry this trick and spin it, yeah.

Me rearmo.

Your head will collapseBut there's nothing in it.

Y entre tanto mecanicismo técnico y teórico acerca del funcionamiento formulístico de los robots sociales que pretenden ganarse un puesto en la realidad mutantemente hedonista que circunda los pensamientos roídos de la juventud yacente en un cúmulo de ideas dormidas por el gas somnífero de la publicidad y la propaganda, intento desarmarme, para poder armarme correctamente, tomar mis herramientas, levantarme, caminar, correr, gritar, saltar, y preguntarme…

Where is my mind?

Soñar es un Sueño.


¿Para qué dormir? ¿Para soñar? Yo ya sueño estando despierto, no necesito cerrar mis ojitos para ver las cosas de un color que me agrade. Yo no duermo porque quiero, duermo porque hay cosas que traen somníferos, y ante ellos no puedo hacer mucho, porque al final soy sólo un hombre. 2001: Una Odisea en el Espacio, por ejemplo, es una película que viene con relajantes de músculo en sus escenas.
Pero no puedo ser egoísta. Hay personas que necesitan dormir para, no sólo soñar, sino además evadir la sórdida realidad que los ataca diariamente y que les impide soñar con los ojos abiertos, porque no tienen tiempo o porque no tienen plata.
A mí también, a veces, me invaden historias, escenas y personas sórdidas o con circunstancias sórdidas, pero todo esto no tiene un grado de sordidez tal como para impedirme moldear realidades a mi gusto, esculpiendo con el cincel de la imaginación.

16/11/07

Waiting...


“Mientras más te demoras en llegar a una cita, más larga se hace la lista de defectos de tu persona”. (Salvador Dalí).

¡Rayos! Bien, voy atrasado, nuevamente. Me dijo al mediodía en el Café Literario… y son las doce cinco. ¡Maldita sea! Me tuvo que esperar cinco minutos, y yo sé lo desagradable que es esperar a otra persona. Me va a odiar, lo sé, lo sé y me lo merezco ¿A quién le gusta esperar? Esperar a otro es, simplemente, la peor forma de perder el tiempo, porque en ese lapso no estás sólo esperando, sino que mientras estás solo haciendo nada, no te queda nada más que maldecir, insultar y matar mentalmente al inconsciente atrasado. Sacamos a relucir todo lo malo de ese malnacido (porque en ese momento deja de ser tu amigo, tu conocido, tu familiar… ¡Deja incluso de ser persona!). Y no sólo eso, cuando esperamos, la imagen que proyectamos es demasiado humillante: Sentados, mirando al horizonte, haciendo nada y pensando en todo. Uno piensa realmente las estupideces más estúpidas cuando está esperando. Sin embargo, pensamos sólo en nosotros mismos, en nuestra pobre persona que ha sido humillada en un lugar público. Pero ese pobre ser, egoísta, en que se convierte el que espera, no piensa de ninguna forma en la gente como yo, la persona que va atrasada. Y nadie va a atrasado porque quiere, siempre hay excusas, lo malo es que las excusas son inútiles en estos casos, y más aun tienden a agravar el problema. Porque esto de ir atrasado, a la larga se convierte en un problema a solucionar.
¡Uff! Llegué siete minutos tarde, ojalá que no esté esperando hace rato. La busco, no la encuentro. Que bueno, debe haberse atrasado también. La espero… Voy a verla si está adentro… quizás está en el baño… ¡Ah! Debe haber entendido a las doce y cuarto. La espero. ¿No creerá que es en la biblioteca de Santiago? No, le dije muy claro “en el Café”. Son las doce y cuarto, la espero. Igual, siempre se atrasa, quizás le pasó algo. Las doce dieciséis. ¿¡Por qué siempre se atrasa!? Eso es lo malo que tiene a veces. No importa, un amigo siempre espera a otro hasta que llegue. Doce dieciséis aún. Creía que era yo el atrasado y me apuré ¿Para qué?... Bueno, ya va a llegar: La espero. Doce veinte y no llega… Espera ¡Ahí viene!... Ah no, no era, pero se parecía mucho. ¡Por qué no llega! Es desagradable, sólo a ella le gusta que la esperen, pero llego tarde y no me habla en varios días. Doce y media ¿Se habrá equivocado de lugar? ¡Maldita sea! Me voy a tomar un Mokaccino mejor.

Voy en el cuarto Mokaccino, en el sexto cigarro y son las dos cuarenta de la tarde: Creo que ya he esperado mucho. He esperado casi tres horas a alguien que creí mi mejor amigo, pero que me doy cuenta que no es más que una mala persona, una cruel, inconsciente y vil despiadada persona… ¿Persona digo? ¡Es un monstruo! Me hizo esperar tres horas, después de lo bueno que fui… ¿¡Qué le costaba llamarme que no vendría!? Lo peor de esperar, es que de hecho tenemos la esperanza de que la persona llegará. Si nos avisa que no vendrá ¡Bien! Nos hacemos los ánimos para eso. Pero cuando el hombre se enfrenta a lo incierto cosas inesperadas ocurren en nuestra interioridad. ¿En qué momento pensé que esta tipa podía ser mi amiga? Me humilló, me abandonó, me plantó.

Esperar es como tener esperanza de algo. Nos ilusionamos y nos preparamos para una respuesta incierta. Con la esperanza no tenemos nada seguro, nada, excepto la certeza de que la respuesta no la tendremos pronto. La esperanza nos hace aplazar nuestra felicidad para después. La esperanza nos quita la libertad de elegir otra opción mientras no sepamos el resultado de la primera. La esperanza nos hace sufrir con agrado torturas, ya que suponemos son para un bien superior. La esperanza es sufrimiento, esperar es tener esperanza.

12/11/07

La vi Desnuda y me Enamoré.


Nunca la había visto desnuda. La vi pálida y desnuda. Desnuda se mostraba ante mí, y la amé por un instante. Siempre la veía con su vestidito blanco con puntitos negros, o con su maquillaje grisáceo. Esta tarde fue distinto: Estaba desnuda, una que otra parte de su cabeza estaba cubierta de nieve, pero estaba desnuda al fin. Me guiñaba libidinosamente, mas la micro ya doblaba para darle la espalda (debo reconocer que me giré hasta que me fue imposible seguir contemplándola). Nunca la había visto así, desnuda, bella, sin maquillaje. Años mirándola al amanecer, mirándola a los ojos, despertándome con ella, siempre con su típico vestidito. Me gustaba mucho así, pero desnuda fue una experiencia cataclísmica para mis sentidos. ¡Cuántas veces la habré tenido así, desnuda, desnuda sólo para mí! Primera vez que la veo, o más bien que me doy cuenta de que está desnuda. No sé qué habrá sido: La carga emocional del día o la descarga mental del año. Fuera cualquier cosa, la vi desnuda, y me gustó demasiado ¿Ya dije que la amé por un momento? Me enamoré de ella, la siempre gélida, frívola y esquiva. La soberbia e imponente paliducha me flechó como nunca lo hizo nada ni nadie. Nunca pensé que de ella podía enamorarme, era tan cotidiana que ya era como de mi familia. Me enamoré. No creo que me distinga entre tantos enamorados que tiene, pero el saber que está soltera me da la maldita esperanza. Quizás le invite un café. Hasta entonces seguiré amándola tras las sombras, o tras las multitudes. Me enamoré porque la vi desnuda. Me enamoré porque la vi sin nieve, porque la vi sin smog.

10/11/07

Da Life!


Es lo que más me gusta de la vida. Lo encuentro tan ingenioso de parte del que controla mi destino, si es que… Es un efecto residual, y que aun sabiendo que existe y reconociendo que pasará de nuevo (todos los días), logra sorprenderme, emocionarme, animarme, despertarme, asombrarme, extasiarme, llevarme al paroxismo, hacerme sentir el guardián de un secreto íntimo y privado lleno de exquisitos detalles subjetivos, enamorarme, despabilarme, desesperarme, confundirme, aclararme, aturdirme, anonadarme, obnubilarme, apasionarme, deleitarme, exaltarme, callarme y sublimarme, pero sobre todo enamorarme. Me enamoro de ese efecto.

El efecto. Te muestran dos fotos y te piden que expliques lógica, coherente y verosímilmente cómo se llegó de la primera escena a la segunda. Causa efecto. Si te mostrarán una foto en la que apareces tú besándole la mano al Papa, y te dicen que esa foto fue tomada mañana, ¿Cómo podrías explicar que desde tu “aquí-ahora” llegarás a, en unas horas más, estar en el Vaticano? Algo así es el efecto que me ocurre.

Si me hubieran dicho hace veinte minutos que estaría aquí-ahora, no lo habría creído.

El efecto me hace, pocas veces, extrañar la odiada rutina.

Es como leer un libro con final inesperado… y eso es siempre agradecido.

7/11/07

#10 Soda Stereo - Me Verás Volver: ¿Por Qué la Noche es Azul?


No hay un modo, ni hay un punto exacto para hacerlo. No lo eliges, te elige. Cuando te elige no lo manejas, te maneja. Mientras te maneja no puedes sacártelo de encima, o de los labios. Te atrapa entre sus redes, que nunca quisiste en tu inconsciente. Te ves llegando tarde, tarde a todo, y es ese el instante en que te das cuenta que el vacío es un lugar normal.
La noche es azul, de ese fluorescente azul que baña todos mis sentidos. Es de primavera. Levanto la vista y todo lo azul se vuelve blanco con azul, o celeste. Lo malo del celeste es que cuesta mucho, pero ya conoces mi perversión en una noche larga, y esta noche es larga. Miro arriba mío y me imagino un cuadro de Hopper, de esos que se parecen a los cuentos de Cortázar y que hablan de la soledad de las personas, pero no de esa soledad física que puedes ver con un simple zoom anatómico. No, no me refiero a esa soledad, sino que a la soledad que se ve sólo viendo más allá de tus ojos, esa soledad que, según me han dicho, se esconde tras tus ojos.
Si algo cedes, calmaré tu histeria. Te doy todo, pero siempre guardo algo. Sé que poco te conoces, y más sé que de mí nada sabes, pero yo sigo aguardando el temblor en mi cuerpo. Vuelve la noche azul, la noche del templo, esa noche larga. Tómalo como que el temblor ya pasó después de ese período de nada, de nada personal.
Me siento algo así como un espía, como un espectador. Sé que es difícil de creer, pero sólo así yo te veré. Te quiero fuera de foco, ya que estamos, por si no te percataste, al borde de la cornisa y no sé hasta dónde llegaré en esta noche larga, llena de perversión amorfa. La imaginación, esta noche todo lo puede.
Vuelve la noche azul, esta noche que todo lo puede, en que todo se puede y en que todo podemos. Una eternidad esperé este instante y no lo dejaré deslizar en recuerdos viejos. No seas tan cruel, no busques más pretextos, somos cómplices los dos. Necesitamos distensión, porque estar así despiertos es un delirio que pocos aguantan tras una noche azul, media celeste. Lo malo del celeste es que cuesta, mucho. No seas tan cruel, siempre seremos prófugos.
La noche azul se empieza a tornar celeste y blanca. No tenemos donde ir y el sol ya cae, cae el sol. Carreteras sin sentido y religiones sin motivo. Cae el sol y yo sigo esperando que toda esta noche azul termine en algo, al menos que termine en tu persona dando la cara. Nunca sabré quién eres. Cae el sol, yo sigo esperando. Termina la noche azul y sale el sol. Sale el sol, y no te puedo encontrar. Termina la noche azul: Nunca supe quién eras, aunque te prefiero irreversible. Lo malo es que me recuerdas aquel amor. Es una necesidad, más que un deseo. Pero se nota que te excita, no sientes miedo, sigues sonriendo. ¡Gracias, Totales!

6/11/07

Juventud, Cultura y Poder.


De por qué los poderosos no quieren acercar la cultura a la juventud.


No sé, todo se me fue a negro.

Está despertando, como todas las mañanas, con su ringtone de Pure Morning de Placebo (banda que legó de su último novio). Aún no ha abierto los ojos, pero ya se siente incómoda: Le duele la boca del estómago, algo de costumbre para ser sábado en la mañana, porque al ser sábado en la mañana hay un indicio de que anoche fue viernes por la noche, lo que implica muchas cosas. ¡Toc-Toc! Siente que golpean a la puerta, aún no abre los ojos y no pretende abrirlos, en parte por vergüenza a que le sientan el olor a… olor a… olor a viernes por la noche (eso engloba los olores con los que se carga un sábado por la mañana). ¡Toc-Toc!... Click. Giran la perillla, abren la puerta, no abre sus ojos, siente que la observan, no abre sus ojos… salen de la habitación, cierran la puerta, ya nadie la observa, sabe que está sola en ese cuarto caluroso y poco ventilado. Lame su paladar: Sabe feo, pero un feo ya conocido. Abre los ojos, está mirando el techo. Es un techo con espejos. El techo de su pieza es blanco. Mira a las murallas que la rodean: Frente a ella, una serie de repeticiones del rostro de Mick Jagger sonriendo y en distintos contrastes de color (Pop Art) y sobre esas imágenes un escrito que dice “I Can´t Get No Satisfaction”. Mira hacia las demás murallas y encuentra con su vista dos estantes, uno a su izquierda y el otro a su derecha, todo dentro de una habitación no más grande que el baño de una disco. El estante de su derecha está repleto de libros. El estante de su izquierda está más repleto que el anterior, pero de discos de vinilo. Se mira al techo y se ve envuelta por una sábana blanca que se fusiona con su lívida piel, haciéndola parecer una virgen, imagen que se auto-borra de inmediato de la mente. Se vuelve a mirar en los espejos del techo, y se gusta, se encuentra tal como siempre quiso que los chicos la imaginaran: Con su cabello negro desordenado, sin anteojos, pálida como nunca y con los labios muy rojos. Se gustó mucho. Está tratando de recordar la noche, pero no pudo. De hecho no recuerda si pasó algo de lo que pretendía esa noche. Al parecer, no pasó nada, porque se sentía como si no hubiera tenido sexo la noche anterior. Está excitada, un poco. Está desnuda, en una cama que no es la suya, y peor aún, no sabe de quién es. Mira a su derecha, al estante de libros, y se fija en una vela larga. Se levanta y va por la vela. Se vuelve a acostar. Está empezando a masturbarse.

¡Bang! Sonó el disparo. El baño solía ser blanco, más bien solía no estar bañado en sangre. Después volverá al baño. Se dirige a su sala de música. Enchufa el tocadiscos. Busca su favorito: El ininterrumpido de Woodstock. No lo encuentra: Está en su pieza. Se dirige a su habitación, acariciando su bigote.

Está masturbándose en una pieza extraña, con una vela que no es suya, un poco ebria aún y con un calor de los mil demonios… ¡pero rayos qué placer se siente! Está comenzando a gemir, pues su excitación ya no es tan exigua como al comienzo. Está pensando en él. ¡Click! Abren la puerta de golpe. Tiene los ojos cerrados y no pretende abrirlos, esta vez por pudor: Nunca se había mostrado desnuda mientras se frotaba sus partes frente a un desconocido. Es un hombre pálido, de nariz puntiaguda, facciones finas, esbelto, delgado, vestido de negro, con guantes de cuero negro, una Remington gris de 9 mm. en la mano izquierda y con un caminar muy particular y acelerado a través de (al parecer) su pieza. Fue directamente al estante de los discos, sacó uno del montón y se fue rápidamente de la pieza dando un portazo que silenció toda la excitación existente en esa habitación. Click. El hombre vuelve a entrar a la pieza. No te preocupes, no vi nada dijo y se fue. Con la vela en la mano (ya no en su entrepierna), ella está sintiendo pudor. Deja la vela y empieza a buscar su ropa. Se baja de la cama. Ya no está excitada. Ve bajo la cama y hay un tocadiscos y su ropa. Se pone la polera blanca estampada con tres stencils secuenciales de la Virgen María. Se pone sus pantalones negros. Quiere fumar. Busca su bolso, pero no está. Quiere fumar. Pensó en volver a masturbarse, ya que no había terminado antes, pero no se atrevió. Se sentó en la cama y es allí, y sólo allí cuando por primera vez se hace una pregunta rayana a lo filosófico ¿Dónde estoy? Nunca le había importado eso, hasta ahora. Empezó a preguntarse por quién podía ser el tipo que entró, se percató que además entró con un arma, por lo que podía ser peligroso ¿Por qué me trajo a su casa? Justo en este momento comienza a sonar muy fuerte una música que le recuerda a los hippies. Le molesta esa música. Se dirige al estante de los discos. Busca algo de Joy Division, Placebo, Morrisey, The Smiths, Garbage, Radiohead, Björk, Pulp, Blur o algo por el estilo. Pero nada. Había otro tipo de música. Títulos que le parecían fomes, con palabras como “Obertura”, “Menor bemol”, “Número”, “Orquesta”… en fin, todo indicaba que esos casi mil vinilos estaban conformados sólo por música clásica. Por último puso algo que conocía, para evitar la bulla de afuera y pasar el rato antes de salir de la habitación esperando que el hombre volviera a entrar. Toma el que dice Beethoven. Ahora se dirige al estante de los libros.


***************


Ya han pasado casi once meses. La chica recibe cada mañana una porción de alimento necesaria para todo el día y una tinaja llena de agua para su aseo personal. Ha resistido once meses. La puerta no se ha abierto más que para entrar las cosas en la mañana.


La chica ha leído más de cuatrocientos libros de casi todos los temas y ha escuchado desde la Tocata y Fuga de Bach, pasando por el Adagio de Albinoni, El Mesías de Händel, Las Cuatro estaciones de Vivaldi, todas las Sinfonías y Sonatas de Beethoven, Los Himnos de Haydn, todo lo imaginable de Mozart, y desde ahí pasando por Bizet, Schubert, Chopin, Dvorak, Liszt, Mendelssohn, Puccini, Korsakov, Rossini, Strauss (padre e hijo), Tchaikovsky, Verdi, Wagner, Orff, Debussy, de Falla y Ravel hasta Stravinski. Todo esto como producto del ocio.

El hombre pensó que ya era hora. Tomó su Remington, la cargó, se puso los guantes y se dirigió a la habitación de la chica. Antes se preocupó de poner en su tocadiscos el The Queen is Dead de The Smiths, para hacerle recordar a la chica su vida de hace once meses, esa vida feliz y tranquila.

Click, la puerta se estaba abriendo. La chica le clava una vela larga en la cuenca ocular derecha al individuo que está entrando. Se la enterró lo suficiente como para que el individuo soltara su arma. La chica cogió el arma, le apuntó a la cabeza al desconocido y con The Smiths de fondo le encajó un disparo en el ojo izquierdo. La chica toma el cuerpo inerme del tipo de negro y se dirige al primer piso. Ve una habitación abierta, muy brillante y blanca, donde se dirige con el cuerpo. Parece ser un baño, lleno de sangre por todos lados y un cadáver esquelético que debe estar hace meses en ese lugar. Deja el cadáver del tipo sobre el otro muerto.

Al fin la chica es libre, pero no pretende irse de esa casa. Ahora ella es la reina de ese templo. Se dirigió al tocadiscos, sacó a The Smiths y puso a Beethoven.

29/10/07

Gabba, Gabba, Hey, Hey!


Segundo (corrección) Festín de Cadáveres, de cuya co-autoría me jacto. Matikuein y el Cheloveco publican aquí y ahora su segundo (y no último) texto sin substancia:

Siempre gorila toma con su pata los vasos de marfil. Juega desde el fin de Rumania asiática hasta la cumbre azulosa y picuda del cerrillo Kilimanjaro junto a un oso-panda coprofílico que bailaba cha-cha-chá con sus patas-traseras. Bum-Bum-Bum decía la madre jaiva, pensando libre en EEUU.

Viejito pascuero aléjate trotando por-favor, en la carroza tan poco ornamentada como cajita-feliz dorada brillante y “hedionda” como pino de pascua para Julio Cortázar. Trasandino! Dijéronle Gavardino-Canta-el-Tango Mata-Gringos-Frijolero.

28/10/07

El Aura Inefable de la Proximidad Apenas Rota.


Logró comprenderlo sólo por un instante: El momento preciso en el que aquel huevo de cristal llamado proximidad es quebrantado por las fuerzas de lo Underground. El resto del tiempo (cuando la proximidad existe, y también cuando no) me es inefable describir de qué color es ese aura de proximidad.
Dependiendo de lo Underground, la cuerda de la proximidad va y viene, sube y baja, se estira y afloja: Es Elástica. Intento describir la proximidad, pero es tan dinámica que cuando tenga lista una descripción de lo más, lo descrito es muy distinto a mi descripción.
Al final Non Serviam. El Undergorund es como un imán que interviene nuestros haces de átomos rosados.
Es cuando tu aura se vuelve inefable, cuando el nexo entre lo natural y lo artificial peca en gran parte por aquello de la fidelidad que no es tan alta, no es tan al tan la fidelidad. Da-Da-Da.

15/10/07

Strip Search: Libre Seguridad o Segura Libertad.


…Imagínate que tienes una herida en alguna parte de tu cuerpo, en alguna parte que no puedes ubicar exactamente, y que no puedes ver ni tocar, y supón que esa herida te duele y amenaza abrirse o se abre cuando te olvidas de ella y haces lo que no debes, inclinarte, correr, luchar o reír; apenas lo intentas, la herida surge, su recuerdo primero, su dolor en seguida: aquí estoy, anda despacio. No te quedan más que dos caminos: o renunciar a vivir así, haciendo a propósito lo que no debes, o vivir así, evitando hacer lo que no debes… (Manuel Rojas, “Hijo de Ladrón”).


¿Debe la Seguridad alcanzar el mismo precio que la Libertad?

Strip Search (Sidney Lumet, 2004) nos sitúa en un contexto posterior al 11 de septiembre de 2001, donde los conceptos de Seguridad y Libertad se han convertido en posibilidades inversamente proporcionales: Si quiero más de una, debo abandonar un poco de la otra.

Así, cuando se nos presenta la poca Seguridad que tenemos (11/9/2001), de forma automática se activa la adhesión a políticas, por parte del organizador mayor (el Estado), tendientes a una fuerte postura defensiva en pos de una mayor Seguridad social. Sin embargo, esta postura defensiva es alimentada con la Libertad de la misma sociedad defendida. El Estado nos puede dar más Seguridad, siempre que renunciemos (gradualmente) a la Libertad.

No es que los individuos pierdan la Libertad, sino que permiten que esta sea fiscalizada por parte del Estado ¿y para qué? Para prevenir, prevenir atentados en contra de la misma Libertad. Entonces, cedo un poco de Libertad, con la finalidad de proteger el resto de mi Libertad.

En la película, se muestra una Libertad riesgosa, insegura y que se encuentra en retroceso, pues quien proporciona la Seguridad (el Estado) se muestra ansioso de obtener mayores atribuciones, se muestra ambicioso frente a la posibilidad de hacer más grande la cuota para entrar en el Contrato Social. Por lo tanto, se muestra un Estado capaz de combatir los atentados contra la Libertad, pero impotente si no se le da el respaldo necesario. Algo así como la Dictadura romana, pero con una diferencia: las atribuciones del Dictador en Roma tenían la característica de tener un límite temporal.
También, en la película identificamos una globalización de esta cultura que tiende a la Seguridad por sobre la Libertad: Tanto en China como en Estados Unidos, el Estado adquiere el rol de protector de la Libertad a expensas de la misma Libertad.

En cuanto a la función propagandística de la película ¿qué pretende promover? Pretende promover la necesidad de Seguridad social frente a una Libertad demasiado feble. En las escenas donde aparecen los discursos de los últimos presidentes de EE.UU. acerca de la Democracia, la Justicia y la Libertad (mostradas, claro, como virtudes para la humanidad), seguían imágenes de titulares que demostraban lo inseguro para la sociedad del sistema lleno de libertades y donde tienen participación todos los ciudadanos. Por otra parte, se muestra que el Estado es capaz de cumplir con la misión de establecer la Seguridad social, a través de la prevención, incluso exagerada. Lo anterior se muestra en el final: Uno de los individuos (la mujer) acepta abandonar su Libertad ante el poder de la autoridad y con la finalidad de conservar algo de Seguridad; mientras que el otro (el hombre), mantiene la esperanza de quedarse con su Libertad.

Entonces, el sistema de la Libertad no ha funcionado. La Seguridad se ha vuelto una necesidad. El Estado nos puede dar Seguridad a cambio de Libertad. Sin embargo, ¿Podemos sentirnos seguros sin Libertad? ¿Podemos sentirnos libres sin Seguridad?
En Libertad nos podemos sentir libres, ya que pues siendo libres podemos disponer de nuestra Libertad deliberadamente, aun más allá de donde comienza la Libertad del otro. Pero considero que no necesariamente nos podemos sentir seguros con la Seguridad, simplemente porque no disponemos como individuos de ella, sino que nos la disponen de maneras que pueden ser inesperadas. Por lo tanto, la Libertad es libre, pero la Seguridad no es segura, con lo que caemos nuevamente en la importante interrogante de los últimos tiempos: ¿Debe la Seguridad alcanzar el mismo precio que la Libertad?

9/10/07

Cubo Rubik.


Seis por nueve.
Seis colores, divididos en nueve.
Seis: Verde, rojo, anaranjado y amarillo, azul y blanco.

Chic! (Giro).

Resolver problemas es como (Chic!) jugar con un (Chic!) cubo rubik: Intentas armar un color a costo de desarmar otro. (Chic!). Tiene solución (Chic!), es difícil (Chic!), pero tiene. Por eso (Chic!) tenemos que priorizar (Chic!) qué color armar primero (Chic!). En lo que a mí respecta, (Chic!) solía partir por el amarillo (Chic!), mas ahora parto por el verde (Chic!)...

4/10/07

Trabajo en Equipo Involuntario.


No siempre estuvo ese olivo. De hecho es rara cosa ver un olivo en plena ciudad de Santiago. Me parece que el año pasado no estaba… ¡Es más! Podría decir hasta que el semestre pasado no estaba.
De hecho el olivo no siempre estuvo. En efecto, el olivo creció gracias al transantiago ¿Cómo algo tan perverso pudo engendrar un olivo? Las perennes colas para abordar una micro del tercer mundo con destino a “su hogar” contribuyeron directamente en este joroschó suceso. Los starrios y débochcas de todo tipo, cansados de esperar aquella micro mesiánica, sufrían los castigos del hambre y también del ocio. La gente tiende a satisfacer ambas necesidades de una vez: Masticando algo. De esto se percató un astuto starrio. El starrio en cuestión, querido amigo, puso a un costado de la funesta cola de espera un puestecito muy feble en el que vendía aceitunas: El precio era muy bajo, casi tan bajo como la calidad y la procedencia de las mismas. Todos los integrantes de la cola diaria, cuando les tocaba pasar a un costado del starrio compraban, aunque no quisieran, esa idealizadas aceitunas. Muchísimos querían evitar la tentación, pues sabían que en realidad el sabor, el aspecto e incluso el olor de esas semillas no era del todo persuasivo, sin embargo algo dentro de todos (me incluyo) nos llevó a comprar una y otra vez esa mísera bolsita de aceitunas robadas.
Aquí viene el hecho importante. Cuando venía la deplorable y humillante micro, las personas debían escupir rápidamente el cuesco que tenían en la boca al suelo. Suelo que, aunque nadie sabía, era un suelo muy fértil, fértil al estilo balcánico, por lo que se produjo de manera muy fácil una relación favorable entre cuescos, tierra y lluvia. Por eso, de una semana a otra nos sorprendió, a todos los usuarios del sistema, que ya no debíamos pagar por las aceitunas, pues estaban al alcance de la mano.

28/9/07

Comprobando Utilidades.



Aviso... Los sueños son parte de la humanidad: Hombre que no sueña, es Hombre a medias. Mujer que no sueña, también está a medias. Desde Platón, pasando por My Dear Marx y por Lennon y por Jagger, hasta aquí.

¿Irse o quedarse? Pregunta que muchos se hacen y pocos se responden ¡Para qué perder tiempo en sandeces! Dicen, pero no saben que el tiempo no se pierde, al menos no así como así. Por ejemplo, hay tiempo que casi por completo es perdido. Casi por completo. No lo es totalmente porque (y agradezco) podemos elucubrar, podemos pensar. “Por ti” las personas tienen (y tengo) sueños. La gente mira raro (o como raros) a los dreamers (aunque no soy uno muy grande). Consideran (porque sabes [tuteo] que no me gusta que "crean") que debiéramos estar encerrados en salas blancas, con grandes camisones, también blancos (y no falta mucho). Considero, en parte, lo mismo… pero eso es un detalle.

Casi siempre hay cosas que dicen más que las palabras y que los libros y que el cine y que la música y que las paredes: Esas cosas están, mas no las vemos ¿por qué? Sólo por el hecho de que no queremos hacerlo ¿Por qué no queremos? Tal vez por el tiempo, tiempo que debemos reservar a veces a mirar alrededor y confiar. En la confianza está la respuesta (y aquí también), no en la esperanza ni en la fe: En la Confianza.

Confía, no maldigas, pero confía.

24/9/07

El Hombre que se Enrojecía por Ver Películas en Blanco y Negro.


A continuación, un "cadáver exquisito" manufacturado en clases de Historia (nótese la H mayúscula, porque era en clases con Gatica) por Matikuein y Cheloveco:


Estaba azul el osesno. Caprichoso aquel mercader que bailaba solo, triste no alegre pero tristepor su boina roja de sangre golosa.

21/9/07

Advertencia.


Ése es. El amarillo ósculo, que sin temer nos abandona mil veces seguidas, seguidas de desaires y amoríos, affaires y gentíos. En el cuello lo recibes, frente al mundo, como si de él dueño fueras, ¡Pero no es así! ¡Reacciona! ¡Acciona! Que juramente la gratuidad de ese maldito ósculo, si no quieres ser una víctima más de aquel bombardeo incesante que deberás afrontar tras la inocencia de ese beso. Ni uno, ni dos, sin antes comprobar la garantía de todos los que después vendrán. Y créeme, que aún vives, que todos caen sin más, con advertencia o no. Yo la tuve y no la aproveché. Destruido sin perdón fui, y con mayor razón porque advertido de tal designio, trágico, fui. Bueno, creo que cumplo con la cadena al mostrarte el sino funesto que se te prepara, pues un Yellow Love no es tal sin una advertencia. El inicio es un ósculo amarillo, que al final parece ser negro.

17/9/07

Amor Amarillo.


Amores amarillos están hechos
Por maquinistas despreciables y
Los que no, por histriónicos deshechos.

Que des una pequeña posibilidad basta.
Matar, el amor inútil, es difícil, y
Podrías pensar que, como fuego, agua sobra.

Soñar con ese amor, es sólo un mito,
Es una simple, falsa, repugnante y
Como todo lo relacionado a éste amor:
[una falsa realidad.]

Tocar al amarillo amor es perder la razón,
Ese hilito delgado de cordura y
Corazón agrupados en uno, sin por medio
[prohibida pasión.]

Yo nunca con ese amor soñé,
Ni de él me alimenté.

Muerto solamente en él hubiese caído.
Dejaría de hablar de él si me dejara
[caer dormido.]

Que todos lo pueden coger, es una verdad, aunque
Me gustaría no verlo más, y que sólo en paz me
Dejara, por los siglos de los siglos.

¡Aún hay dementes que caen en esa amarilla maraña, una y otra vez!

La Mujer 10.


Amélie es el paradigma.
Los Anteojos son infaltables.
La música es lo estable.
La palidez insaciable.
Locuacidad necesaria.
La Letras omnipresentes.
Un libro da plus!
Puntajes.
Su nombre inolvidable.
Demencia presentable.

Personalidad sociable.
Sorna entendible: Flash Mental.
Color: De Amarillo para arriba.
Lo infaltable es su compañía…
Y un par de lonas Converse.
Esos son mis adyacentes polos opuestos,
Los que en vez de pie llevan sol;
En vez de cabellos, nube;
En vez de cuerpo, canción;
En vez de palabra, poesía.

Ósculo contumaz, implícito, pero porfiado.

La Chica de Amarillo.



Dicen
Que
La
Poesía
Es
El
Idioma
De
Los
Cobardes.

Tal vez,
Quizás,
De Hecho, No era el lugar mejor. ¡Oh!
Pero el hombre tiene la facultad
De la mirada________de________reojo.

Arquetípica.
Nouvelle.
Vellísima
Austera. ¡Ustedes hacen que me muera!

Amarillo,
Ojos con brillo.
Pálida,
Mirada escuálida.

En cada jugada, con colas inmensas.
Cada tirada se convertía en

una nueva pérdida (con revólver)
_____________ De mi cabeza.

Ya me acostumbré.
Todas son igual de cautivadoras:
Prefiero tenerlas equidistantes,
Unas________de________Otras.

De Amarillos y Amarillos Rojizos.


Amarillo frente a mí.
Naranjo dentro de mí.
Amarillo asediándome. No sé qué
Hacer, si es que algo debo hacer.

Nunca olvidaré ese color,
Que incluso en un momento pensé en
Volver más colorado,
Y lejos no estuve.

El Arte Nuevo de amarillo estaba ese día.
Varios días después era negro,
De ese negro cálido, cercano y abrigador.
Luego pasó, de un día a otro,
Casi matemáticamente, a ser incoloro…
Un incoloro amarillento, casi como
Con una margarita on the head, on her head.

En el interlapso, el Naranjo me embestía,
Con sus ojos de mar,
No azules, sino
Pro-
Fundos.
Se clavaban como B Alas disparadas
Desde su mente a la mía.
La Historia fue nuestra historia.

El segundo Amarillo, fue, en verdad
Un plagio de la primera Arnouveau.
Fugaz como la palabra imprecisa e
Indeseada. Fugaz, como la frase inefable,
Como la frase que nos hace perder la cabeza:
La Frase Innombrable.

16/9/07

2 Amarillos y un Naranjo.



Leía de manera premonitoria La Naranja Mecánica.
Sólo unas tonalidades menos: Amarillo.
Para mí el amarillo ha sido una especie de Juez,
Aunque verdugo más que juez, un juez de escaso brillo.

Siempre está ahí, como premonitor de la muerte,
Como infaltable lápida.
Ha significado una muerte anunciada, pero que no tiene crónica
Aún.
Bella, Sucia, Tramposa, Lúdica, con Lentes, y
[Rápida.]

Cero de 3.
Elementos comunes: Todos.
Puntos distintos: El color.

El Amarillo es ese color cautivador,
Pero que me anuncia imposibilidad.
Es como un letrero de OCUPADO.

El Naranjo-Vincapervinca es el otro.
¿Dije que van dos amarillos y un Naranjo?
El Naranjo-Vincapervinca es ese que da la cochina,
Sucia, Maligna, Funesta, Irónica, Sardónica, Sarcástica, Cobarde,
Perniciosa, Torva, Espúrea, Perversa, Oscura y Vampírica
Esperanza.

El Naranjo es un poco más elevado que
El Amarillo, en tonalidad.
Y cada vez es menos difícil la situación,
Siempre amorosa, intelecto-amorosa.

Amarillo-Naranjo-Rojo?
Será, supongo, el Rojo el próximo y
MásCercano color a tratar.
Voy a tener que leer A La Caza Del Octubre Rojo.

13/9/07

¡Rayos! 2


07. Nausea.
06. Amelié: La Srta. Stencil.
36. Earth Intruders.
54. De Estroux.
22. Un gatito con sombrero.
71. Please, don´t feel sad.
33. ¨¡Que Viva!".
81. Simpática ella.
23. Mi clave no es esa.
59. ¿Yo? No, no fui yo.
72. Qué desagradable.
20. Mas "aun" aún no es más.
09. (Inserte nombre aquí).
04. La Diversión Total (f).
30. "Mickey Mouse dice..."
84. Tolstoiyevski.
26. Se nos pasó el centenario de la PSU.
43. ¡Rayos!
66. 6.
45. No, sin centellas.
44. ¿Rayos y Centellas?
18. Soy el ciudadano número zero.
01. Cualquiera lee un gráfico.
92. El verdugo (mi verdugo) del amor es mi tocayo.
63. De hablantes líricos y otras verdades.
47. Héroes, no heroínas.
35. La Sociedad de Los Poetas Muertos.
73. Uno es libre sólo cuando sueña.
54. Lo malo es no poder hacerlo.
79. Todos lloramos, menos los hombres.
90. La esperanza es el peor de los males.
28. Qué le pasó por la cabeza...
00. Santo Rayo.
05. Edípico.
13. El ocho soy yo, yo soy el 8.
99. CantaRíeGritaSaltaLeeCamina y Mucho.
46. Más vale la razón de mi mente...
55. En Scummy aparecen mis Balas.
10. De los Monos del Ártico.
12. Marún Faib, Billorc, De Quilers, Garbach...
80. Fuiste el primero en gritar la LIBERTAD.
67. Tranquil@, esto son sólo ideas sueltas.
74. ... que la fuerza de tu autoridad.
51. TC 2003... ¡Y no hay más!

9/9/07

Tiempos de Q-E-K.


¿Quién no anda con algo de Violeta Parra, Tito Fernández, Los Quincheros, Los Cuatro Cuartos o, por último, Los Tres en el MP3?
Se(p)tiembre es una época mágica del año. A partir del primer día del mes, puntual como un inglés, llega el sol. Las rosas son más rojas, el cielo es más celeste, Las mujeres son más bellas y la amada expele un sonido dulce desde sus pies al caminar, que nos traslada (con una cueca de fondo) hasta el Valhala criollo.
Nos dan ganas de zapatear, de agitar un pañuelo, de gritar “mierda” (la grosería permitida en septiembre: No gritarla es un atentado en contra de la patria), de comer empanadas, de hacer asados y de volvernos flojos.
Todos esperamos los días libres. Aunque los feriados caigan sábado y domingo, inventamos feriados de gracia. Surge el deseo de llevar al paroxismo el nacionalismo. Si alguien dice “no me gusta esta cueca” que tenga por seguro que será crucificado o quemado a lo bonzo por las multitudes embriagadas con la clásica chicha de Curacaví (chicha valla y curadora).
Cuando uno habla en septiembre, pareciera que todo adquiere rima: cuando se habla con la prima, cuando se habla con el de al lado. En fin todos están encantados, todo nos sale cantado.
En los diarios incluyen fotos coleccionables de los “próceres” de la patria: O´Higgins, Rodríguez y Carrera son los preferidos. Las revistas, más dos mil nueve noventa, vienen con Compact Discs de las mejores cuecas de la historia. ¡Quién no conoce el guatón Loyola!
En fin, Chile, por única vez en el año, es chileno. Terminado septiembre, se saca la bandera de la entrada de la casa, se apagan las cuecas, se borran las zapateadas, los floreados y los escobillados del patio, se aplica el Glade Toque para evitar el olor a cebolla, se guarda la parrilla, se quita la caña y la gente vuelve a ser seria, a meter música anglo en el MP3, se olvida del patriotismo y se sumerge nuevamente en este mundo globalizado y espera el próximo feriado, no muy patrio por lo demás: Halloween.

1/9/07

"Ego" en los Portones.


Dónde? Lo vi pasar. a Él. Desde aqu-
í ----------------------------> Hacia Allá.
El que hizo... El que ordenó.
Glorioso estaba. Como en el ministerio.
Ordenar, es lo que hizo. Puso Orden.

Parecía algo decirme con esos
Ojos de pregunta sin
Respuesta. Con esos ojos, de
Tirano para algunos. Los ojos del Orden.
Alega que la historia lo bañó de olvido.
La Democracia -en teoría- ya ganó.
El Dictador, el autoritario, la falsificación.
Sólo poner orden. Orden frente al caos.

29/8/07

¡Extra! ¡Extra! ¡Extra!



Según estudios recientes, nueve de cada diez personas, vale decir el 90% del mundo posee un arma… sin embargo, de ese 90%, un 50% no sabe usarla; un 30% sabe usarla pero no se da la molestia hacerlo; un 15% la usa, pero para hacer el mal; en tanto sólo un 5% la ocupa a conciencia.

El arma es la inteligencia y las ideas.

25/8/07

El Grifo Anarco-Contemporáneo.


Su única misión era dibujar con tiza el símbolo anarquista. Lo hizo por seis meses (lo que duró el partido dentro de la legalidad). Estaba tan convencido como entusiasmado por cumplir su labor. Durante los seis meses no hizo más que plasmar el signo en todas las calles de la ciudad, por lo que cuando el partido fue prorrogado, no sabía nada más que dibujar esa desordenada A encerrada en un círculo improvisado. En realidad olvidó todo, desde cómo tomar un tenedor hasta cómo cerrar sus ojos para dormir. Para pasar el tiempo antes de su edípica muerte, pues tenía claro que moriría al no poder dormir en tanto tiempo, decidió ocuparse rayando toda la ciudad con lo único que sabía hacer. Rayó desde iglesias hasta colegios, desde panaderías hasta hospitales, desde calles hasta autos, desde postes hasta grifos. De hecho, lo último que rayó fue un grifo, sobre el cual cayó cuando le dieron ese fatídico disparo en la cabeza (no murió de sueño, murió de un disparo de un policía secreto, lo que era frecuente para evitar crear mártires). El pobre no fue el héroe de nadie, más bien casi nadie. El único que oyó su último estertor fue el amarillo grifo, que se convirtió automáticamente al anarquismo, pues cargaba con el legado: en su frente estaba la señal del anarquismo.
Como sabemos, un grifo no elige hacia donde mirar, cuando desahogarse, cuanta agua escupir, de que color ser… un grifo elige nada de nada, con excepción de sus ideas políticas y filosóficas.
¿Que por qué soy anarquista? Porque la historia me lo encargó ¡Mira mi frente! ¿No entendiste? ¡Hay que cambiar todo esto! Quizá no pueda moverme, pero quiero que esto cambie. Lo único que puedo ver es ese maldito árbol sistémico en el cochino terreno baldío que al frente tengo. ¡Esto no puede seguir así! No sé mucho del anarquismo, pero me basta con lo que sé ¡Hay que cambiar este cochino sistema!
Me dio pena el pobre grifo: Le presté un libro para que lea. Después le preguntaré si le borro o no lo que tiene en la frente.

21/8/07

#9 The Cranberries - Dreams: Soñar es Gratis.


Oh my life
is changing everyday
in every possible way
And oh my dreams
as never quiet as it seems
Nver quiet as it seems.

Inmerso en esta vorágine del consumismo, llamada mundo actual, sé que todo tiene precio, desde un chicle (bubblegum) hasta una persona. Sobre todo estas últimas.
Suelen pintarme el mundo como algo malo: El mundo real es difícil, el mundo real es costoso, el mundo real no es bonito, el mundo real es cochino, el mundo real no es gratis. Lo único gratis, lo único que este sistema no pudo enajenarnos, lo único que no se permitió nos fuera quitado son los sueños.
Cuando nos proyectamos con algo al parecer imposible, aparece la frasecilla conocida “soñar es gratis”. ¡Y claro que lo es! Algo que podamos tener todos fuera de nuestro poder adquisitivo ¿no?
Si algo me quedó de la mala película de Will Smith, “en busca de la felicidad”, fue una frase: Los sueños están ahí… sólo tienes que ir por ellos y agarrarlos.
Me gustó. Las oportunidades están ahí, siempre, aunque aparente no estarlo, pues si no están siempre contamos con crearnos nuestras propias posibilidades. Considero que la meta del hombre es proponerse más metas, buscando la perfección y la verdad. Así, si tuviéramos nuestros sueños por cumplidos habría terminado nuestra finalidad y no tendríamos porqué luchar, algo así como la lucha de clases de Marx, que sin dos sistemas opuestos, como sucedería con el socialismo, se acabaría la historia. Quizás también como Fukuyama.
Otra cosa sobre los sueños, que me enseñó mi hermano, fue que siempre debíamos soñar en grande, porque es como negociar (con uno mismo): Si pedimos mucho más de lo que queremos, podemos obtener un poco más de lo que queremos, obteniendo siempre de paso lo que anhelamos lograr. Así, si queremos 5 chocolates, pedimos 10, y tal vez nos den 6 ó 7, lo que es más que 5. Lo mismo pasa con los sueños.

I want to more, impossible to ignore
And they´ll come true, impossible not to do.

Por eso, Adidas tenía un poco de razón: Imposible is Nothing. El punto inicial está en pensarlo, el segundo en anhelarlo, el tercero en creerlo, el cuarto en intentarlo, el quinto en cogerlo, y al fin disfrutarlo. En fin, los sueños están ahí… ¡A por ellos!

17/8/07

Quarto de Locos: Sólo Tres Letras.


Todos estaban muriendo ante la duda; menos yo. Todos tenían la inseguridad, la confusión, la interrogante; menos yo. Todos tenían el miedo, el nervio, esa “cosa”; yo no. Todos tenían un mismo Némesis: La PSU.
Me importaba más una inesperada invasión extraterrestre que la prueba en cuestión. Mas el determinismo influye, y desde vuelta de vacaciones de inFierno que tengo ese cosquilleo cuando mencionan las tres mágicas letritas: P-S-U.
Aunque no me preocupa tanto el puntaje, sí me preocupa lo poco que queda, lo rápido que se va, o lo rápido que llega, o lo lento que se va, o lo lento que se queda todo, sí todo lo referente al gran día. Tanto que hacer. Me tienen más preocupados mis amigos que yo mismo. No sé si ellos van a quedar en lo que quieren, y ellos tampoco.
Al final la PSU va a ser como el robot grande del Mago de Oz, que de fachada era inmenso, pero viéndolo de atrás era conducido por un enanito. Un gigante pigmeo diría un marxista. No hay que temerle, es un chanta.
Ahora a tiritar en masa, no por mí, sino por los demás. La suerte no me convence, menos en este tipo de cosas donde predominan los méritos personales.

PS1: Imagínense a la PSU en calzones. Sirve.
PS2: Por llenar pelotas no se es mejor ni peor (aunque en la práctica sí).
PS3: Sólo 108.
PS4: Sí, sólo 108 días faltan.
PS5: Este texto es producto del sueño, sueño producido por Física Conceptual. Esto es una expresión paroxística de la Literatura de la Basura, sólo me faltaría poner algún emoticón para terminar, como un equisdé o un trece trece o un dos puntos paréntesis derecho (no lo haré).