9/12/07

El Cheloveco: Año 1.


Hace un año me inicié con un blog. Comencé con un texto de bienvenida que se convirtió en un verdadero manifiesto respecto de los textos que lo sucederían. Explicaba, con ese tono narcisista que adquieren algunos jóvenes que no quieren serlo, el nombre de todo esto: El Cheloveco.
Hoy, a un año de ese primer texto, vuelvo a explicar el porqué del Cheloveco.
Cheloveco, ya lo dije antes, viene proviene de la novela de Burgess (que en 1971 Kubrick llevara al cine) La Naranja Mecánica. Cheloveco significa Individuo. Y aquí toma un espectro más amplio. Abarca la subjetividad, aquello connotativo para cada uno, en definitiva la interpretación personal y particular que no puede ser sustituida por una interpretación “más correcta”.
Todas las interpretaciones están en lo correcto, lo que las diferencia es el tamaño de cada una de ellas. Hay interpretaciones que pueden explicar una mayor cantidad de cosas y por eso pueden ser más valiosas. Empero, cada cual puede (y debe) interpretar todo como considere que es correcto hacerlo. Tener un espíritu librepensador es mucho más valioso que saber de memoria las fórmulas para pensar que otros hicieron.
Hegel decía que “lo que se ve en la superficie es lo más profundo”. Eso es precisamente lo contrario a lo que sucede: Hay que dudar, y hay que dudar de todo, precisamente porque lo de la superficie no es lo más profundo, ni lo más profundo está en la superficie.
Tanto las personas como los textos, tienen secretos. Secretos que no quieren revelar, por lo que los esconden. La misión del lector es descubrir los velos de esos secretos para entender la mecánica de las cosas un poco mejor. Y hablo de lector, no sólo para los libros, sino también para las personas, pues estas también son libros. Las personas también pueden ser leídas, y según mi experiencia, las personas son los libros más entretenidos que he encontrado en la biblioteca de la vida. No es necesario tener un libro al frente para poder leer, podemos leerlo todo.
Las cosas pueden expresar una cosa, pero siempre están diciendo otra. Yo, por ejemplo, escribo lo que quiero decir, pero utilizo otras palabras.

No hay comentarios: