La "Micro-Contaminación".

La contaminación del ecosistema en el cual vivimos es una problemática que ha sido puesta en el tapete en los primeros años del siglo XXI. Hablamos de derretimiento de los hielos, daño a la Capa de Ozono, calentamiento global, extinción de especimenes, destrucción de hábitat humanos y animales, que derivan pronto en la toma de ineficaces (no sé si ineficientes) medidas como los protocolos y los acuerdos, que siguen manteniendo, si bien dentro de lo legal, una regular situación mundial.

Sin embargo, considero que la educación es la base de la sociedad y las sociedades son las que conforman el orden mundial que debería velar por la salud de nuestro planeta. Por esto, opino que una de las reales vallas a sortear es aquella, que por mi llamada “Micro-Contaminación”, están sufriendo los países y en su mínima expresión los grupos sociales.

¿Qué es la “Micro-Contaminación”? Pues, este término hace referencia a la contaminación, pero a una escala muy reducida, vale decir esa contaminación que parece insignificante ante los ojos de las personas. Cuando botamos un boleto de bus, un envoltorio de dulce o una simple tapa de botella, nos parece que eso no le hace mal a nadie y que pronto esa basurilla será recogida por alguien más. Imaginemos que todas las personas piensen lo mismo (fenómeno que no está lejos de la realidad, ya que este pensamiento se está masificando) y todos botaran esa colilla de cigarro a la calle, ese tap de bebida, esa pelusa de su bolsillo... caeríamos en una acumulación estratosférica de contaminación, que estaría conformada por esos pequeños accidentes que al parecer eran inofensivos.

Es por eso que considero una real tarea de las personas de cualquier edad, enseñarle a otras, de cualquier edad, a tener conciencia acerca de algo que es tan lógico y tarea de todos: el cuidado de nuestro entorno. Cuando la gente bote algo al piso o al suelo, sienta en su conciencia que eso es inmoral. Que se adopte esto como parte de la moral de las sociedades para que así podamos aspirar a un mundo más limpio.

Por último, considero de suma importancia el que se inicie una labor, quizá propagandística, por parte del estado en pos de combatir esta inconcientización global que está afectando a nuestra gente. Si bien las personas adultas tienen una ética ya formada respecto a estos temas, no todo recae sobre ellos, ya que los jóvenes cumplen una también preponderante participación en lo que son los movimientos pro ecologismo. La Basura al tacho de la basura, o en su defecto guárdala en tu bolsillo hasta encontrar uno.